Cafe con Mistica

El Hombre de Los Sueños Rojos

Pintura de Carlos Larracilla

Con los muslos estiradosapoyaba su cadera izquierdafirme,como un monumento libertarioque se tendía o extendía…o entendía a su modo cosasdifíciles de organizarporque se encontraban sumergidas, juntasy les daba el sol por partes. Cuando aquellos desorganizados pensamientos se elevaban emitían brillos y destellostan similar al aguaaunque para él todo le parecía rojocomo el raso del pijama con el que solía dormir aladoy, también al ladosobre el cuerpo de una bruja. Bruja, que le había robado sus bellas y pequeñas alas para escaparsea comer las semillitas del budín que él mismo había elaboradoy con el que se cansó de batir, y batir… y batir aquellas alas antes de perderlas. Porque entre tanta espuma inflada,la bruja se le mezcló con yemas y lácteosy desde un remolino movedizoaquella cosa grumosa, le chupó sus tornasoladas plumas bioluminiscentes. Inmediatamente, su cuerpo erecto se zambullóen un intento de recuperar brillo y la capacidad de elevarse sobre el cielopara seguir relampagueando, …pero ya estaba dentro y lejosen un océano que lo aunó molecularmente. Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]

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El Genio y su Pensamiento

Daba la sensación de que al mirarlo
sus pestañas sonaban como cascabelitos.
…¡Ay!, esos ojos libelulares:
flotantes puntos rodeados de ámbar auras
iban dejando caer semillitas tostadas
y mi corazón comía entusiasmado
agarrando color y lumbre.

El Genio traía una capa misteriosa
mi corazón intuía que detrás de ella había oculta
una miríada de luces. […]

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El Globo en la Lluvia

Se comía una empanada fría y las hojas del manzano, todas dadas vuelta, convulsionaban con cada gota, miles parecían toser moribundas. El globo no tenía a dónde ir. Los filos de la lluvia le habían mojado tanto las pestañas que ya era imposible mirar los colores y él sentía como si tuviera todo eso lleno de llagas la cara, el fémur… Ya ni se entendía. La empanada se había vuelto un charco y el globo sin manos se desplomaba invocando a las naves estelares: – ¡Piedad!…¡¡Piedaaad!! El cielo no paró ¿A quién le iba a importar un globo? … El pobre terminó deseando reducir el acribillamiento pluvial encaramándose a cuestas por el manzano y la rama izquierda del omóplato superior del árbol se clavó interespacialmente por su abdomen hasta exprimirle el aire. A la mañana siguiente fue encontrado ínfimo de asfixia y sin remedio. 24-07-17 —-Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.     […]

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El Espejo

La poesía tiene forma de ojo con el trazo que deja el vuelo de la mariposa. La forma de una letra es solo el polvo de una escama que se le desprende y se esparce en el papel. La palabra es una figura y el todo tiene sentido porque es un estampado que parece que te observa te intriga y al final quizás, sonriendo te has entregado a su mirar porque ella humildemente, con sus únicas palabras te decifra en lo profundo. […]

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Fugacidad perpetua II

Se llama al acaloramiento local con los ojos entreabiertos cabalgándosele en el entrepelo enredado, o los remolinos de las sienes. Fulguran raudos los ojos fulminantes chocando y rebotando por los techos y paredes de aquel amplio cúbico, y vagos, se nos pierden en la bruma solecida (o siendo sólo) lámpara roja en oscuridad sin luna y sin espacio relámpagos de sulfúrico incendio. Se han ido los ojos para no vernos lamer diminutos seres doblando la memoria. […]

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1989

Ay la bicicleta… soltó un aire antes de deslizarse por el sendero y tras haber vuelto unas cuatro veces con todo su brillo y fama los niños fueron desapareciendo. Los gritos enlagrimados los espantaron y la bici se fue oxidando se fue haciendo más chiquita y yo dejé de entenderla. 3-12-15 (En 1989 acontecía una guerra civil en El Salvador) —- Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]

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Sueño Seguido

Cruzando el río estabas sobre escarcha caminando a risas claras y yo en suspiro de tantas ganas sonrojo y sonrío. El río de tela soplaba a galope amarillo tu pelo separaba ¡ay!, el viento atardecido al invierno te llevaba mientras yo, a la sombrilla de una flor me aferraba. De lejos, ennubecido un volcán te llamaba todo lleno de nieve el cono se paraba. Vos, soñorecido señor, me saludabas y así, enblanquecido de norte y sur jugabas: las gotas del rocío allá, ‘tan congeladas. —- Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]

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Luz entre los robles

Una tarde con vos era rodearse de bosque donde se veían evasivos canales de cielo. En la albura de tus dedos se enrollaban destilados litros de lo efímero: aire de aquellas notas danzantes. Ahora Los árboles están abiertos menean la sombra en el suelo jugando a escaparse para dejar pasar las diminutas luces multiplicadas de sol y luna o el recuerdo vivo de luciérnagas de plata refulgiendo las centellas como duro cuarzo blanco. La habitación aún suena cuando atisban los destellos pimpineantes: pim… pim pirilín pirililín: Se esparcen a dosis, semillas sobre vidrios. Ya nunca se abrirán los ojos que sabían reposar láguidamente en el café hialino que rodeaba dos pupilas espejos negros absorbentes curvaron mi desdicha para ampliar este espacio inadvertido de uno, ausente magnificación de bosque en lontananza deformación inefable que se niega a explorar lo rotundo. —————————————————————————————- Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]

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