Cafe con Mistica

Kiarostami: «Copia Certificada» – La ilusión por lo original

“El valor único de la auténtica obra artística se funda en el ritual en el que tuvo su primer y original valor útil.” Walter Benjamin, 1935: La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Abbas Kiarostami, director iraní destacado por un singular cine postrevolucionario con el que se consagra como uno de los directores más destacados en la comunidad del cine internacional, presenta su obra: “Copia Certificada” en 2010, la cual tengo el gusto de analizar, por la inquietud que deja el nombre del film. Su título y forma de realizar el film hace pensar sobre el valor, los niveles y el alcance que logran los originales y sus copias. Indudablemente, el trabajo fílmico de esta obra es interesante, como todas las de este polémico autor. Sus films siempre han dado de qué hablar, pues Kiarostami fue un crítico y opositor del gobierno iraní, aunque en este film, su último film, no se refleja particularmente algo en contra (y aún así se le censuró). En cuanto a «Copia Certificada», tenemos una visible diferencia con respecto a sus demás obras, las cuales tenían una apariencia o parecido con el documental, a pesar de ser ficción, el realismo de aquellas daba esa sensación. Acá hay un trabajo diferente, y la intención fue hacerla menos cruda. A mencionar por ejemplo, la fotografía: llama la atención la iluminación en la capilla de las bodas, los reflejos de la ciudad en el parabrisas del auto, algunas sombras y reflejos de los personajes sobre superficies traslúcidas o reflectantes y las de los exteriores por detrás del parabrisas del auto (un recurso también usado en sus anteriores films y del cual me interesa tomar este detalle no menor en este análisis). Tanto estos detalles como el juego que la actriz propone y que James acepta proseguir (el de ser una pareja formal y duradera), refuerzan el título del film y la misma obra del escritor (el personaje de William Shimel): En mis propias palabras: Todo lo que es aparentemente original (o verdadero) está contenido detrás o dentro de algo que lo hace ver correctamente o como se espera (socialmente) que así sea; pero todo es una copia de otra cosa o simplemente reflejo e ilusión y por ende: una desilusión en lo próximo. En la película se presenta un debate sobre el valor de los originales y de las copias, que son aceptadas y valoradas o creídas muchas veces como originales, en tanto que la sociedad las acepte, porque por apariencia, nada haría pensar lo contrario. La señora en la cafetería, las novias y el fotógrafo en la capilla, la gente en la plaza y hasta los mismos protagonistas dudan a veces sobre la “realidad” y se adentran en el juego de ser una pareja ideal, cayendo en la crueldad y el sentimentalismo. José Jiménez, Maestro y Filósofo del arte, explica de la mano y la voz de autores como Guillermo de Conches un poco sobre esta cuestión. En el Capítulo IV de su obra: “Componentes, de la Teoría del Arte”, retoma el pensamiento de de Conches, sostenido en la teoría de que la obra original pertenece únicamente al creador, añade además que toda obra hecha por el hombre, al menos después de la Edad Media, fue vista como no original. Deducimos entonces, que el original no existe, porque cada boda es una repetición de una idea anterior, y así como el libro del autor, del que la protagonista tiene 6 copias, valiosas por la firma de James, son todas en realidad, una copia más de un original casi inexistente o intangible. La originalidad se diluye pues, en una ambigüedad y el paso del tiempo; el deseo de retener un momento en la vida que de auténtico, solo fue el momento pasado. Desde acá, podemos recordar a Walter Benjamin, quien explica que el origen del arte fue la intención humana de celebrar rituales. Vale decir que esto se ve reflejado en la elección del cineasta al escoger la iglesia italiana para mostrar esa ilusión de la “primera vez” en las bodas, que allí son en tradición apegadas al catolicismo. Al ser una cuestión clásica y recurrente, que tiene antecedentes en el siglo III, esta celebración social se acopla perfectamente a la idea de lo sublime desde la perspectiva de la ilustración, descrita por Kant. Marchán Fiz explica esta visión Kantiana de lo sublime en el arte de modo que en un principio, surge de la intención de evocar en el receptor una pasión artificial, a partir de la sensibilización y la impresión, o bien, por los fenómenos grandiosos de la naturaleza: caóticos y desproporcionados. Si la pareja pelea, llora, se queja, etc. es parte de esa belleza sublime de la que se conforman ambos al ser reconocidos socialmente como algo mejor que nada. Algunos espectadores podrán dudar sobre el juego de estas dos realidades que Kiarostami presenta en su obra, perdiéndose por momentos sobre cuál o hacia dónde nos lleva la trama del film. Esto se debe a la intención de Kiarostami de crear ambigüedad y que se hace también evidente en el manejo sonoro de éste film: cuando escuchamos sonidos provenientes del exterior en escenas de interior, no por error, sino de una forma exagerada para resaltar lo ambiguo. A diferencia de otras películas de este Director, donde igualmente predomina el diálogo, en este film se ha hecho uso del diálogo de una manera excesiva, quizás con intención de causar sopor y exacerbar la pérdida de noción entre lo falso y lo “verdadero”. La temática romántica hacen además de este film, uno de los casi menos estresantes y fatalistas de su obra. La dosis de estrés que podría haberle faltado está contenida en los diálogos por la confusión que causa a algunos espectadores menos entrenados en la obra de este singular iraní de finales abiertos. Para mí, uno de mis favoritos. […]

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El Shahnaméh (en manos de Hamid Rahmanian)

https://www.facebook.com/shahnamehepcofthepersiankings/videos/vb.511557435525679/1272939526054129/?type=2&theater «One of the great epics of all time and my favorite «Shahnameh» brought to life in a spectacular fashion by Hamid Rahmanian with shadow puppets design and cinematic wizardry» – Francis Ford Coppola Si bien el Shahnaméh es la obra de arte más importante de Irán y de la cual quizás todos en el continente asiático tengan conocimiento pero que, probablemente, una gran mayoría en occidente jamás la escuchó nombrar, me apegaré en este post a lo que Julio Le Parc llamaría «espectador formado y desprejuiciado». Julio Le Parc, escritor y artista plástico argentino hace una fuerte critica a quienes consideren que el arte contemporáneo requiere de un público formado, con conocimiento y sensibilidad artística. Apela más bien al ojo humano en general. Para él, los medios democráticos son cinéticos, por la facilidad de recepción que promueven más a la participación física del espectador. Para ejemplificar esto, elegí la obra “Shahnaméh”, el libro épico de los reyes Persas. que relata, a través de la poesía del gran Ferdousí 3,674 años de historia iraní, mezclada con mitología, donde se explica la creación del mundo y la introducción de las artes de la civilización. Fue hecha en lengua persa, su importancia radica en que pese a la influencia e invasión árabe y el predominio del Islam, prevalece la lengua original en Irán, en parte por la existencia y difusión de esta obra (a través de copias), así como gran parte del conocimiento de la antigua religión (Zoroastrismo, la primera religión conocida a la fecha, que consideró la magia y el misticismo como parte de su credo), que aún sobrevive y por lo tanto, esta obra representa a los zoroastrianos que aún la profesan. La obra completa está inspirada en estilo gráfico de la ilustración de Mani (llamado “el falso profeta” y quien fue apresado y ejecutado por  el emperador sasánida Bahram I). Se comenzó en 1507 por petición del Shah Tahmasp (el entonces rey) y fue realizada por un equipo de innumerables artistas plásticos, ilustradores, artesanos, coloristas, encuadernadores, etc, por lo que ninguna ilustración lleva firma de autor y solo se sabe que el director de la biblioteca de ese entonces, era Kamal Udin Behzad, conocido como “el segundo Mani” y fue quien estuvo a cargo como Director de Arte en esta obra. Tomó cerca de 20 años terminarla y contó con 758 láminas encuadernadas en cuero, con 258 ilustraciones y más de 1200 páginas escritas en caligrafía nastaliq (artística y elaborada) y el uso de diversas tintas, así como el oro.En 1562 el libro fue entregado a la corte Otomana, posiblemente como botín de guerra, junto con otros tesoros y un tiempo después, desapareció. En 1903 apareció repentinamente como propiedad del Barón Edmond de Rothschild. En 1959, el nieto del Barón se la vendió a Arthur Houghton Jr. Entre los dos y no se sabe cuántas manos más, la obra fue dañada. Posteriormente, a Arthur se le ocurrió venderlo y subastado por partes. Algunas están en el Museo de NY. El resto se ofreció en venta al gobierno de Irán, que se reusó a comprarlo. En 1988 Arthur murió, pero su hijo quiso continuar la acción, por lo que requirió de la ayuda de un manager, con el fin de venderlas juntas. Éste último decidió ofrecerlas como intercambio al gobierno de Irán. En 1993 Irán eligió dos obras expuestas en su Museo de Arte Contemporáneo: “La Mujer Rana” y “Mujer #3” del expresionista Williem de Koonig. En 1994, las 118 ilustraciones restantes fueron devueltas y se mantienen expuestas de manera permanente en el Museo de Arte Contemporáneo de Irán. Desde hace aproximadamente 8 años, el Artista Visual Hamid Rahmanian se ha dedicado a recopilar, digitalizar y reproducir las ilustraciones del Shahnameh en un libro impreso. Actualmente está realizando una segunda edición, esta vez, con un “pop-up book”, además de crear un espectáculo a través de una gran producción escenográfica, trajes – siluetas, inspirados en las ilustraciones, juegos de sombras, maquetas, proyecciones, actores, músicos y en fin, la conjunción del trabajo en equipo de diversos artistas, con el fin de llevar a cabo la visibilización de esta obra a múltiples espectadores, que no necesitan conocer la odisea que el libro original vivió, ni el origen o la fuente de sus primeros creadores para sumergirse en una presentación llena de magia y fantasía. Yo se las conté y pueden ampliar la info, pero basta con esperar que llegue a nuestras salas de teatro o mirar algunas filmaciones in situ, para babear del asombro y el trabajo meticuloso de todos estos artistas, guiados por Hamid! […]

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Vanguardias: El Cine Abstracto de Eggeling y Richter

El arte abstracto nace con la intención de convertirse en un elemento de total expresividad del signo a través de la evocación de emociones puras y naturales así como de las ideas, lejos de la contaminación de la realidad social, cultural y nacional. […]

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Vanguardias y el cine: Dadaísmo

Subversivo e irreverente, el DADAÍSMO, más que cualquier otro movimiento, ha sacudido a la sociedad las nociones de arte y la producción cultural. Ferozmente anti-autoritario y anti-jerárquico, Dada cuestionó el mito de la originalidad del artista como genio, dando a entender que todo el mundo debería ser un artista y que casi cualquier cosa puede ser arte. […]

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