Por: Iris Monge
Y eran redondas las gotas
que a la distancia, y todas juntas
habían armado un lienzo flexible,
movedizo, reflejante y luminoso
como para mostrarle la cara al cielo.
Algunas fueron divididas estratégicamente
para dar origen al grano y a la espiga
al suelo, y a toda la gama de marrones
que sumados con el cielo y los hilos del sol
hicieron lo verde.
…Y es así como las pieles surgieron:
danzantes,
blandas como el oro
y llenas de energía como el cereal;
surcando caminos,
con el contraste favorecido por el tiempo
y por dentro:
como un ocaso en líquido.
Igual a TODOS
…igual, a todo lo que un día deja de moverse por sí solo
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Muy bueno
Hola Pipo, ¡gracias por asomarte a leer! Todavía estamos en construcción pero es hermoso saber que ya nos leen. Esperamos estar a la altura de lectores como tú. 🙂