Me escupiré hondo, hidrocultivo
con asco, al cautiverio de mi angustia;
dejaré abierto el grifo de saliva
ay, hidrocultivo de miseria…
Me escupiré hondo en el concreto que callaba
ay, hidrocultivo de este ayuno
por la inedia exorbitante del espanto
me lanzara en el esputo hacia la hiedra.
Me escupiré hondo, hidrocultivo
hasta el estanque del horrendo hueco sordo
con las garras como horquillas, me retuerza
restregando mis latidos agrietados.
Me escupiré hondo hasta mañana a media tarde
cuando el sol esté con grima, ya muriendo
estupor, ya coagulado entre las venas
ay, hidrocultivo de miseria…
De: «Alaridos» Mención de Honor Juegos Florales Sonsonatecos 2006.
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