Me masticaba las uñas
y (el mar) derramó su encanto.
Los pétalos redondos y humectados acariciaban mi rostro…
con los filos de su vientre atravesé mis propios ojos
para dejarte nadar
y envenené mi alma con la esencia de lo jamás vencido
en la pasión extraña del desear morir con él:
Néctar de 1 y mil noches
orgasmos adoloridos de mañanas eternas;
oscuridades y asfixias de las miradas nulas.
Me dueles el miedo.
Me colgaré de ti por tus finas ramas
para besarte los labios cristalinos
fríos
hasta dejarlos secos y limpios.
Con el tiempo detenido.
Quiero observarte desde aquí,
con las células del viento fallecidas
merodeándome la espalda y las encías
acuas,
llenas de esmeraldas y destellos
contrarrestados por la profundidad absorbente de tu suelo lacio.
Perfora mi mente con tus besos
cruel transparencia cálida…
déjame salir un poco
volveré por ti mañana.
Idea transformada desde la pintura de Fernando Jule y la temática del Alcoholismo
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