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«One of the great epics of all time and my favorite «Shahnameh» brought to life in a spectacular fashion by Hamid Rahmanian with shadow puppets design and cinematic wizardry» – Francis Ford Coppola
Si bien el Shahnaméh es la obra de arte más importante de Irán y de la cual quizás todos en el continente asiático tengan conocimiento pero que, probablemente, una gran mayoría en occidente jamás la escuchó nombrar, me apegaré en este post a lo que Julio Le Parc llamaría «espectador formado y desprejuiciado».
Julio Le Parc, escritor y artista plástico argentino hace una fuerte critica a quienes consideren que el arte contemporáneo requiere de un público formado, con conocimiento y sensibilidad artística. Apela más bien al ojo humano en general. Para él, los medios democráticos son cinéticos, por la facilidad de recepción que promueven más a la participación física del espectador.
Para ejemplificar esto, elegí la obra “Shahnaméh”, el libro épico de los reyes Persas. que relata, a través de la poesía del gran Ferdousí 3,674 años de historia iraní, mezclada con mitología, donde se explica la creación del mundo y la introducción de las artes de la civilización. Fue hecha en lengua persa, su importancia radica en que pese a la influencia e invasión árabe y el predominio del Islam, prevalece la lengua original en Irán, en parte por la existencia y difusión de esta obra (a través de copias), así como gran parte del conocimiento de la antigua religión (Zoroastrismo, la primera religión conocida a la fecha, que consideró la magia y el misticismo como parte de su credo), que aún sobrevive y por lo tanto, esta obra representa a los zoroastrianos que aún la profesan.
Tomó cerca de 20 años terminarla y contó con 758 láminas encuadernadas en cuero, con 258 ilustraciones y más de 1200 páginas escritas en caligrafía nastaliq (artística y elaborada) y el uso de diversas tintas, así como el oro.En 1562 el libro fue entregado a la corte Otomana, posiblemente como botín de guerra, junto con otros tesoros y un tiempo después, desapareció. En 1903 apareció repentinamente como propiedad del Barón Edmond de Rothschild. En 1959, el nieto del Barón se la vendió a Arthur Houghton Jr. Entre los dos y no se sabe cuántas manos más, la obra fue dañada. Posteriormente, a Arthur se le ocurrió venderlo y subastado por partes. Algunas están en el Museo de NY. El resto se ofreció en venta al gobierno de Irán, que se reusó a comprarlo. En 1988 Arthur murió, pero su hijo quiso continuar la acción, por lo que requirió de la ayuda de un manager, con el fin de venderlas juntas. Éste último decidió ofrecerlas como intercambio al gobierno de Irán. En 1993 Irán eligió dos obras expuestas en su Museo de Arte Contemporáneo: “La Mujer Rana” y “Mujer #3” del expresionista Williem de Koonig. En 1994, las 118 ilustraciones restantes fueron devueltas y se mantienen expuestas de manera permanente en el Museo de Arte Contemporáneo de Irán.
Desde hace aproximadamente 8 años, el Artista Visual Hamid Rahmanian se ha dedicado a recopilar, digitalizar y reproducir las ilustraciones del Shahnameh en un libro impreso. Actualmente está realizando una segunda edición, esta vez, con un “pop-up book”, además de crear un espectáculo a través de una gran producción escenográfica, trajes – siluetas, inspirados en las ilustraciones, juegos de sombras, maquetas, proyecciones, actores, músicos y en fin, la conjunción del trabajo en equipo de diversos artistas, con el fin de llevar a cabo la visibilización de esta obra a múltiples espectadores, que no necesitan conocer la odisea que el libro original vivió, ni el origen o la fuente de sus primeros creadores para sumergirse en una presentación llena de magia y fantasía. Yo se las conté y pueden ampliar la info, pero basta con esperar que llegue a nuestras salas de teatro o mirar algunas filmaciones in situ, para babear del asombro y el trabajo meticuloso de todos estos artistas, guiados por Hamid!