Atrás de mí la selva.El ser pequeñito de la ciudad hermosaabrió la puerta del futuropor donde ya no quiso entrar. Marzo no dio miedoescribía las imágenes con la tinta del fangoy al secarse, su pluma lo sacudió todocomo tile* y como brumaapenas quedó la sombra sin más movimiento. El llanto del sol era eternocomo todos los días de un Mayo sombríocuando atrás la selva crecía a las floresy en la ciudad hermosael ser pequeñito se iba volando,quinde emplumado de las noches púrpuras. La piel, del bronce desprendió el estañoy aquel monumento se fue reduciendo.Atrás, la selva inundada queda.Ninguna luciérnaga volverá a encenderse.Las noches, amarillentas van destilando dolor de las piedras,la mezcla de lluvia y llanto va destiñendo «lo todo». La versión reducida de aquello es esto:siempre fragmentoesquina dura.Nunca será suficiente habernos conocido. *TILE: mecha gris volátil, ceniza efímera que vuela de un carbón. —-Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]