Cafe con Mistica

El Globo en la Lluvia

Se comía una empanada fría y las hojas del manzano, todas dadas vuelta, convulsionaban con cada gota, miles parecían toser moribundas. El globo no tenía a dónde ir. Los filos de la lluvia le habían mojado tanto las pestañas que ya era imposible mirar los colores y él sentía como si tuviera todo eso lleno de llagas la cara, el fémur… Ya ni se entendía. La empanada se había vuelto un charco y el globo sin manos se desplomaba invocando a las naves estelares: – ¡Piedad!…¡¡Piedaaad!! El cielo no paró ¿A quién le iba a importar un globo? … El pobre terminó deseando reducir el acribillamiento pluvial encaramándose a cuestas por el manzano y la rama izquierda del omóplato superior del árbol se clavó interespacialmente por su abdomen hasta exprimirle el aire. A la mañana siguiente fue encontrado ínfimo de asfixia y sin remedio. 24-07-17 —-Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.     […]

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Vendavales

Ojos foráneos de lágrima efusiva inclemente con retumbos imparables negros de turbulencia, agua que no rodará despacio ni permitirá la pasiva melancolía sino el desmoronamiento trágico tempestivo como hace el pasto durante los huracanes flagelándose entre sí los unos a otros. Tempestad autodestructiva deseosa de haber sido segada al momento de nacer. Profundos los pantanos de fin incierto les han mutilado el tembloroso miembro rojo desde lo alto de su púlpito impalpable en un sangroso sacrilegio pálpito rubores en las manos caídas: desánimo ante el juego perdido con la inmerecida justicia. —— La imagen es de Viktorija Stapone —- Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]

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¡Concha de Dios!

El día que decidas olvidarme haremos ese experimento de dejar mi obsequio en tu océano para unir tu espacio con el mío de una vez por todas. ¡Porque no es justo que nadie más lo sienta! ¡Para eso la traje de tan lejos: tan blanca y tan dura que no me va a olvidar! Porque te voy a pedir que la sostengas en tu mano y le digas que es buena; la pongas muy despacio para mirarla ir así tan confusa tan llena de dudas hasta que la arena se la trague invasiva robusta y mi pequeño obsequio enmudecido por lo inmenso tampoco pueda verte. Porque “vas a volver un día” cuando ya no nos recuerdes. —————————————– Poesía ganadora de Mención de Honor en Certamen Internac. del Instituto Latinoamericano de Cultura, Junín, Argentina  ———— Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales. […]

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