Cafe con Mistica

Fantasma Blanco

Reír con alguien como ayer.
El mismo dia en que atravesamos las nubes
al igual que cualquier otra partícula celestial o troposférica.
Reír por haber aparecido
o por haberse encontrado.
Por haberse transportado sin saber, al mismo tiempo
y en el mismo envase o nave estelar,
sin cuerpo
o con los cuerpos separados
y después unidos en un breve saludo
con la sonrisa cristalina
de un abrazo
para decirse adiós
por la propia gracia mía.
Y después, en soledad, reír
porque uno cree que crece
y deja de reírse después de algunos años
o cumpleaños lejanos
o al menos después de haber reído demasiado,
como si las risas fueran mortales.
Y, aunque no es tan fácil morir de risa.
podré reír por lo que me queda en vida
recordando maravillosos regalos:
momentos extraños a pesar de lo absurdo
y del humano acto de desaparecer.

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Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.

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